Digamos NO a las amputaciones innecesarias
Es muy común que se acuda a un especialista para cortar las orejas y el rabo de los perros. En el caso del rabo, muchas veces cumple con unos fines que representan una ventaja para los animales. Puede ser el caso de los animales de caza de matorral bajo o zarzas, que se podrían quedar enganchados, o algunas razas cuyo movimiento de cola puede terminar en un problema grave de salud.
Más allá de esto, los fines son puramente estéticos. Hay una serie de razas en las que está popularizado cortarles las orejas (Yorkshire, Doberman, Bóxer...) solo por gusto del dueño, sin que implique ningún beneficio para el perro. Cada día más veterinarios se oponen y la legislación va avanzando para proteger a las mascotas.
Cuando se busca amputar estas partes (ya que son intervenciones invasivas, no meros cortes) se está comprometiendo la comunicación del animal. Este, además de con sus sonidos y olores, transmite mucha información con la posición de las orejas y la cola. Puede llegar a afectar a su sociabilidad con otros perros.
Las características físicas de los perros, en este caso la longitud de orejas y rabo, ayudan a que estén mejor adaptados a su medio. Por ejemplo, en el caso de las orejas del bóxer, cuando no están amputadas y son más largas; ayudan a proteger el conducto auditivo frente a la entrada de objetos externos, como espigas, suciedad, agua o parásitos. De esta manera, el perro tendrá menos posibilidades de padecer otitis o lesiones auditivas.
La operación y el postoperatorio tienen una serie de riesgos
La amputación de las orejas implica riesgo de deformidades y de hemorragias postoperatorias, porque se trata de unas extremidades con mucha irrigación sanguínea. En cuanto a la cola, al perro le sirve para mantener el equilibrio y como medio de comunicación con sus congéneres y las personas.
La cola del perro se amputa cuando el animal tiene una semana de vida. Si el corte no se realiza bien, pueden producirse infecciones y requerir que se intervenga quirúrgicamente de nuevo al perro.
Veterinarios en contra
Las amputaciones es sólo una cuestión estética. Los dueños no están en la obligación de cortar las orejas, o el rabo a su perro. Entre otras cosas, si no se practican este tipo de mutilaciones, se evitará al animal un postoperatorio, que puede complicarse y que le resultará molesto y doloroso.
La mayoría del colectivo veterinario no aprueba las amputaciones por cuestiones estéticas. Según Miguel Ibáñez, veterinario y profesor de etología y bienestar animal de la Universidad Complutense de Madrid, "no es justificable amputar orejas y rabo por una mera cuestión estética" y aconseja a los dueños que "valoren si, por un tema de imagen, merece la pena ocasionar un perjuicio al animal".
El mestizaje es sano
Un conocido defecto de un animal mestizo es el rabo torcido o nudo, aparentemente un rabo roto que luego se curó mal. Pero en realidad se trata de una malformación ósea, de las vértebras. Una malformación que suele ir acompañada de otros problemas óseos importantes en la columna vertebral que causan dolor y paralizaciones, de paladar abierto, pero también de problemas cardíacos, intestinales, renales y del estómago.
Un criador concienzudo que descubre el defecto del nudo o rabo torcido en uno de sus cachorros no criaría más con sus padres y no vendería el cachorro con el defecto, porque se trata de un problema congénito (hereditario) de, muchas veces, extrema graveded.
Si en una raza durante generaciones se ha estado cortando el rabo a los cachorros recién nacidos no se sabe nada sobre lo posible presencia del defecto genético del nudo o rabo torcido en esa raza. Con las consiguientes nefastas consecuencias tanto para los individuos afectados como para la raza y por supuesto para los compradores de los cachorros. Sencillamente, eliminar un indicador de defectos genéticos de extrema gravedad es, a mi parecer, nada menos que un crímen.
Los perros tienen un lenguaje corporal que es de vital importancia para la comunicación con sus congéneres e incluso con el hombre. Las partes de su cuerpo más importantes para su comunicación son precisamente las orejas y el rabo. Con la combinación de señales que puede emitir con estos apéndices puede indicar miedo, agresión, dominancia y su estado de ánimo en general. Todo esto en una escala de intensidad muy variable. Para que sus mensajes sean interpretados correctamente necesita poder expresarse lo mejor posible.
Orejas y rabo erguidos pueden significar una señal de dominancia hacia otro perro. Orejas erguidas y rabo no muy levantado pueden indicar también interés en otro perro. La muestra de interés de un perro al que le falta el rabo puede, por error, ser interpretada por otro perro como una señal de dominancia, provocando una pelea. El pobre perro sin rabo se ve atacado sin razón, lo cual puede causar que pierda la confianza que tenía en los demás, empezando a pelearse para defenderse cada vez con más frecuencia. Puede ocurrir que si le atacó un Pastor Alemán, se quiera pelear con cada perro de esta raza que vea. Igualmente, las orejas erguidas en sí ya pueden ser una señal de dominancia. Un perro con las orejas cortadas las suele llevar siempre hacia arriba, mandando así un mensaje sin él querer. Visto desde lejos puede parecer que es "malo", provocando reacciones agresivas que no se merece.
Una amputación de orejas cambia mucho el aspecto que tiene el perro
Lo cual puede influir muy negativamente en su aceptación social. Un doberman o un boxer con sus orejas enteras parece muchísimo más agradable que el mismo perro sin ellas. Sin orejas produce miedo y rechazo social de vecinos, amigos, etc.; con orejas enteras será más querido por todo el mundo.
Imagínate un doberman, un boxer o rotweiler con rabo. Difícil, ¿verdad?
En otros países, el corte de orejas ha llegado a estar prohibido, sobre el corte de rabo están discutiendo todavía. Los perros sin orejas no pueden participar en exposiciones en estos países.
Resumiendo, al cortarles sus orejas y/o rabo le dificultas enormemente su comunicación.